Los pigmentos fotoluminiscentes, que no son radiactivos, son los más utilizados en la actualidad. Casi todos los relojes modernos tienen pigmentos fotoluminiscentes aplicados a sus agujas, números o esferas. Funciona absorbiendo luz o rayos UV y la energía almacenada libera luz visible, lo que hace que "brille en la oscuridad". Se carga fácilmente exponiéndolo a la luz solar, o a la luz artificial. El brillo dura unas siete horas en la oscuridad, dependiendo de su calidad y grado. La marca suiza Super-LumiNova introdujo el método en la corriente principal y hoy es uno de los mejores y mayores proveedores.

Un vidrio de borosilicato recubierto de fósforo encapsula el tritio en forma de gas. El gas tritio sufre una desintegración beta que libera electrones, lo que hace que el fósforo brille. Ese es el resumen básico de cómo es. Su luminiscencia no se desvanece después de unas horas, y tiene una vida media de 12 años. Después de unos 24 años sólo queda una cuarta parte del material radiactivo y los tubos de gas de tritio dejan de brillar, por lo que es necesario sustituirlos.

Cuando una corriente pasa a través de un fósforo, se produce una electroluminiscencia que da lugar a la producción de luz. En un reloj, un panel de vidrio o plástico se recubre con un conductor eléctrico y un fósforo, y se monta detrás de la esfera. El fósforo reacciona a una corriente eléctrica suministrada a demanda, y actúa como luz de fondo al activarse. La aplicación más habitual es la de los relojes digitales.